El juego constituye un mecanismo natural que despierta la curiosidad, es placentero y permite descubrir destrezas útiles para desenvolvernos en el mundo.
Al jugar se expresan de forma natural las emociones.
Interiorización y respeto de las normas del juego, expresión de ideas, toma de decisiones, negociación y trabajo cooperativo, tolerancia a la frustración, escucha activa, tiempos de espera, inteligencia emocional.
Atención, memoria, funciones ejecutivas, cálculo, velocidad de procesamiento, control inhibitorio…
Niños, niños con DEA, niños con discapacidad, jóvenes y adultos que quieran entrenar su cerebro y luchar contra el envejecimiento …
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